jueves, 8 de diciembre de 2022

Esto es un grito.

Usualmente tetas grandes en una portada de ero manga, es ciertamente usual. Paseándome un día más por las madrigueras usuales, lo que encontré era un manga más.

No diferente al resto, con una sinopsis narrativa que no es más que una excusa. Una idea quemada y cero original en un setting usual. En un pequeño pueblecito entre las montañas, una escuela con no más que pocos estudiantes. En un lugar así con poca población, cuya natalidad debe de subir de alguna manera. Así que se instaura una ley no escrita que dictamina la usualidad del pequeño pueblo. El sexo es el centro de todo. Entre jornada y jornada en el campo bajo un pendenciero sol, la principal de esta historia, Mai, una de las pocas chicas jóvenes el pueblo se encarga de aliviar mediante sexo y con una expresión pasiva, dada la ya usualidad de la tarea, a los varios hombres adultos del pueblo. Así nuevos habitantes nacerán, y así los actuales no se marcharán a la gran ciudad. Mai es una chica más, que pese realiza una tarea más, también siente los placeres de la carne. Su cuerpo es voluptuoso y deseante para cada hombre que pone sus ojos en ella, también una hábil jugadora de tenis de mesa, ganadora segundo año consecutivo del torneo nacional. Pero esto último no importa mucho. ¿Para que prestar atención en clase, para que esforzarse? Con el sexo basta.

Cuidado no vayas a la ciudad, que está llena de pervertidos.

Quédate aquí siempre, que es más seguro. Quédate aquí siempre.

Esta última página es un grito.

¿Qué tipo de grito? ¿Uno en contra de la usualidad? ¿De la repetición y de la permanencia? ¿De haber caído ya en esta y no poder escapar? No lo sé...

Pero es un grito lleno de emoción.

Leyendo "La historia de un pueblo con una costumbre pervertida." (エッチな風習がある過疎集落のお話o "La para de bus en el campo." (田舎のバス停にて), dos trabajos de Masahisa Fukumoto, me viene a la cabeza aquella entrevista con Hajime Isayama hablando de como la inspiración le vino viendo las montañas que forman el valle que rodea el pueblo donde vivía de chico, o aquellos primeros tomos horribles de Aku no Hana. Historias de gente atrapada que quiere salir. Historias que en ocasiones, hablan, de como no quieren salir.

Hace poco fui al pueblo de donde viene mi familia. Qué lugar tan aburrido.

Todo el día paseando por las mismas cuatro calles, oyendo de las mimas familias durante décadas y décadas y mirando las montañas en las distancias. El paisaje es lo único que queda, supongo. Pero este tampoco es que suela cambiar mucho.

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